La creación de Rolando Valdéz se había hecho esperar, viendo esta entrega, hubiese preferido seguir esperando, quizá el bajón en el nivel de Supercholita se deba a que el guión tuvo que ceñirse casi estrictamente a una coyuntura política, algo en lo que disiento completamente.
Este número no forma parte de la colección regular de Supercholita, ya que fue un encargo del comite que pretende enjuiciar a Goni, ex presidente de Bolivia, actualmente radicado en USA.
Pesa sobremanera la ausencia del dibujante original Santos Callisaya, que para bien del título retoma los lápices para el número 2 de Supercholita.
En fin, en gustos no hay parámetros, comparto la opinión de que la historieta puede, y debe, abordar temas sociales y no sólo ficciones, pero yo me quedo mil veces con la Supercholita despistada y bonachona de la primera entrega y por sobre todo, con el equipo creativo original.
Supercholita vs El gringo asesino
B/N con Tapa color
Distribución gratuita